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¿Una princesa? ¡NO TE PASES!

Vi "El Diario de una Princesa" hace ya 8 años atrás. Fui al cine en Santiago, junto a una amiga, y vimos esta película. Me sentí tan plenamente identificada con Mia Thermopolis, la poco agraciada niña nerd de la cual todos se burlaban en el colegio, que deseaba pasar indavertida por siempre ojalá, enamorada del galán más guapo que jamás la iba a pescar y acompañada de su mejor amiga Lilly Moscovitz se dedicaban a hablar de las ventajas y desventajas de ser considerado un "freak". Hasta que un día su abuela le dice de la nada que es una princesa. Desde ese momento, la vida de Mia se transforma completamente. De un ser N.N, pasa a ser la niña más conocida de todo el colegio. Su imagen se transforma. ¡Hasta el niño de sus sueños la invita a salir! Pero luego se da cuenta, que a pesar de que ella no deseaba ser una princesa y lo único que quería era seguir siendo una desconocida, ese magnífico regalo que le había llegado por sorpresa podía ser la forma más ideal para poder de verdad tratar de madurar, que el mundo no giraba en torno a ella, que ahora no sólo debía aprender a cuidar a sí misma, sino que en un futuro no muy lejano debía también hacerlo por todo un reino: Genovia. Y al final acepta su destino siendo una princesa.

Esta película fue de mis favoritas desde los 13 años. Ya veo porqué, me sentía terriblemente identificada con Mia. Nerd (de corazón), casi solitaria y refugiada en mi familia (quienes son los que de verdad me conocían, puesto que en mi casa era el único lugar en donde podía ser yo misma), molestada por mis super top compañeras de curso (todas delgadas y regias, mientras que yo siempre he sido una albóndiga), molestada por mis horrendos compañeros (que me comparaban todo el tiempo con tipas realmente mucho más feas que yo) y soñando con algún día salir de este capullo y convertirme en mariposa al fin. En las noches soñaba con un hombre como Michael Moscovitz, quien fuera capaz de ver más allá de mi rechoncha figura, mi timidez y mi supuesta "fealdad" y encontrarse con mi verdadero ser, esa niña que sólo he dejado salir en estos últimos tres años. Y pasé toda mi adolescencia viendo esta película una y otra y otra vez, deseando en silencio que, por alguna vez en mi patética vida, algo fuese como en las historias de Disney. Pero, claro, ¿qué más vamos a pedir? Disney sólo se encaraga de hacernos soñar más de lo permitido, inventando galanes e historias de princesas que sólo pasan en TNT y no en la vida real.

Pero este fin de semana, mientras debía estar estudiando para mi prueba de procesal (es más, debería estar aprendiéndome ahora las medidas precautorias, que no me las puedo aprender y juicio sumario), encontré, vagando en internet, la saga de libros "Princess Diaries" (en los cuales supuestamente se basó la película), de la escritora Meg Cabot. Ya me leí los dos primeros ¬¬ (no pude evitarlo). Y aún así, a pesar de TODAS LAS INTERMINABLES diferencias entre los libros y la película, sigo creyendo que es una buena historia. Creo que nadie me quitará la ilusión. Pero no es porque desee en realidad ser una princesa. ¡NO, QUÉ LATA! Estar todo el día sonriendo, siendo amable, no le puedes gritar a nadie, debes ser delgado, tienes muchos problemas que resolver, no te puedes escapar al bosque con tu pololo, etc etc etc (sonó un poco superficial, pero estoy escribiendo con el correr de la conciencia)... no me refiero a eso. No me gusta la historia por ello. Se trata más bien de querer mostrar al mundo quién eres en realidad, y que a pesar de lo que seas (princesa o no), no siempre le gustarás a todo el mundo y siempre habrán personas que intentarán destruirte. Que las personas que te quieren estarán siempre contigo, independientemente de lo que seas. Y que, principalmente, no debes esperar a que llegue tu abuela y te diga que eres una princesa para creer en lo valioso o valiosa que eres. Que no necesitas una tiara. Y, por sobre todo, que a pesar de por como luzcas, en algún lugar (no sé a dónde, pero en algún puto lugar) existe alguien que se enamorará de ti tanto por tu exterior como por tu interior.

Sé que soy ingenua por creer tanta burrada junta, pero perdónenme. Tengo prueba de procesal en dos días, no he estudiado nada (claro, porque me he dedicado a fantasear pensando en los burros voladores) y creo que ando un poco mamona... En todo caso, a pesar de que el mensaje que acabo de escribir está muy rebuscado, y que creo que PARA NADA es lo que quiso decir Meg Cabot al escribir su libro, Mia Thermopolis siempre será una de mis heroínas (por ser torpe, anti-top, amable, toda una ANTI princesa).... ficticias, claro está.